jueves, 26 de mayo de 2011

DESPEDIDA


20 DE DICIEMBRE
¿Por qué habré nacido tan vehemente, con ese temperamento, con esa pasión que abrasa todo lo que toca?

DÍA ANTES DE MORIR
¿Por qué no fue ayer el último día de mi vida? ¡Oh ángel mío! ¡Por vez primera, sí, por vez primera sentí el alma anegarse en una felicidad inconmensurable! ¡Me amas! ¡Ya no puedo dudarlo! ¡Me amas! Aun quema mis labios la divina llama que brotaba de los tuyos… Al recordarlo vuelve a apoderarse de mí aquel delirio inefable… ¡Perdóname! ¡Perdóname!

[…]

(Ese mismo día después de las 11)
Lucen en lo alto las estrellas de la Osa Mayor, la constelación amiga que veía todas las noches, cuando me separaba de ti. ¡Con qué embeleso las contemplé mil veces, y teniendo hacia ellas mis brazos las tomé por norte de mi esperanza!

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