lunes, 23 de julio de 2012

LOS RECUERDOS ME DAN FUERZA PARA SEGUIR ADELANTE


Me refiero a que tú, cuando encuentres a alguien que valga la pena, empezarás a sentirte más segura de ti misma. Porque, a la que te andas con medias tintas, fatal. En este mundo hay cosas que sólo puedes hacer sola y cosas que sólo puedes hacer con otra persona. Es importante ir combinando las unas con las otras.

[…]

Y ¿sabes qué pienso? –dice entonces-. Pues que para las personas, los recuerdos son el combustible que les permite continuar viviendo. Y para el mantenimiento de la vida no importa que esos recuerdos valgan la pena o no. Son simple combustible. Anuncios de propaganda en un periódico, un libro de filosofía, una fotografía pornográfica o un fajo de billetes de diez mil yenes, si los echas al fuego, sólo son pedazos de papel. Mientras los vas quemando, el fuego no piensa: “¡Oh, es Kant!”, o “Esto es la edición vespertina del Yomiuri Shinbun”, o “¡Buen par de tetas!”. Para el fuego no son más que papelotes. Pues sucede lo mismo. Recuerdos importantes, otros que no lo son tanto, otros que no tienen ningún valor: todos, sin distinción, no son más que combustible. –Kôrogi asiente como para sí. Luego prosigue-: Y ¿sabes? Si a mí me faltara ese combustible, si dentro de mí no hubiera esa especie de cajón de recuerdos, hace tiempo que, ¡crash!, me habría partido en dos. Y me habría muerto en cualquier rincón, tirada como un perro. Gracias a ese montón de recuerdos, valiosos o insignificantes según el momento, que van saliendo del cajón, puedo seguir viviendo, soy capaz de soportar esta pesadilla. Aunque a veces me diga a mí misma que ya no puedo más, los recuerdos me dan fuerza para seguir adelante.

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