sábado, 19 de marzo de 2011

ERES LO QUE DESEO

Si no fuese el pensamiento de Paulina me entregaría sencillamente al interés cómico del desenlace próximo y me reiría a carcajadas. Pero Paulina me turba. Se decide su suerte. Sin embargo, y lo lamento, no es solamente su suerte lo que me inquieta. Quiero penetrar sus secretos, desearía que viniese a mí y me dijese: "Te amo". Si no es así, si eso no es una locura irrealizable... ¿Qué desear entonces? ¿Sé, verdaderamente, lo que deseo? Me hallo como perdido, me bastaría estar cerca de ella, en su aureola, en su irradiación, eternamente, siempre, toda mi vida. No sé nada más. ¿Puedo abandonarla?

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