Lo que ocurre, doctor, es que
en mi caso los sueños vienen por ciclos temáticos. Hubo una época en que soñaba
con inundaciones. De pronto los ríos se desbordaban y anegaban los campos, las
calles, las casas y hasta mi propia cama. Fíjese que en sueños aprendí a nadar
y gracias a eso sobreviví a las catástrofes naturales. Lamentablemente, esa
habilidad tuvo una vigencia sólo onírica, ya que un tiempo después pretendí
ejercerla, totalmente despierto, en la piscina de un hotel y estuve a punto de
ahogarme.
[…]
Bueno, en realidad vine a consultarle porque anoche
soñé con Anouk Aimée, no la de ahora (que tampoco está mal) sino la de
“Montparnasse 19”, cuando tenía unos fabulosos 26 años. No piense mal. No la
toqué ni me tocó. Simplemente se asomó por una ventana de mi estudio y sólo
dijo (versión doblada): «Mañana de noche vendré a verte, pero no a tu estudio
sino a tu cama. No lo olvides». Cómo olvidarlo. Lo que yo quisiera saber,
doctor, es si los preservativos que compro en la farmacia me servirán en
sueños. Porque ¿sabe?, no quisiera dejarla embarazada.
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