-Mi lado de la cama es el Purgatorio amenazado.
-Tu lado de la
cama, un Infierno amenazante.
-El sillón de
la sala, el Paraíso.
-Te dejé plantada para que pudieras echar raíces.
-¿Cómo dices que fui la alegría de tu vida si
encontrarnos es lo más triste que me ha pasado?
-La última vez que te hice feliz fue la primera que me
hiciste llorar.
-¿Oyes? Es nuestra canción.
-Sí, una
marcha fúnebre.
-La única manera de reencontrarnos es perdiéndonos mutua
y definitivamente.
[...]
-En épocas de calor, no hay nada como tu frialdad.
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