Preguntó Isaac, Padre, qué mal te he hecho
para que quisieras matarme, a mí que soy tu único hijo, Mal no me has hecho,
Isaac, Entonces por qué quisiste cortarme el cuello como si fuese un borrego,
preguntó el chiquillo, si no hubiera aparecido ese hombre, a quien el señor
cubra de bendiciones, para sujetarte el brazo, estarías ahora llevando un
cadáver a casa, La idea fue del señor, que quería la prueba, La prueba de qué,
De mi fe, de mi obediencia, Y qué señor es ese que ordena a un padre que mate a
su propio hijo, Es el señor que tenemos, el señor de nuestros antepasados, el
señor que estaba aquí cuando nacimos, Y si ese señor tuviera un hijo, también
lo mandaría matar, preguntó Isaac, El futuro lo dirá, Entonces el señor es
capaz de todo, de lo bueno, de lo malo y de lo peor, Así es, Si tú hubieras
desobedecido la orden, qué habría sucedido, Lo que el señor suele hacer es
mandar la ruina o una enfermedad a quien le falla, Entonces el señor es
rencoroso, Creo que sí, respondió Abraham en voz baja, como si temiese ser oído,
para el señor nada es imposible, Ni un error, ni un crimen, preguntó Isaac, Los
errores y los crímenes sobre todo, Padre, no me entiendo con esta religión, Haz
por entenderte, hijo mío, no tendrás otro remedio, ahora voy a hacerte una
petición, una humilde petición, Cuál, Que olvidemos lo que ha pasado, No sé si
seré capaz, padre, todavía me veo sobre la leña, atado, y tu brazo levantado,
con el cuchillo reluciente, El que estaba ahí no era yo, en mi perfecto sano
juicio nunca lo haría, Quieres decir que el señor enloquece a las personas,
preguntó Isaac, Sí, muchas veces, casi siempre, En cualquier caso, quien tenía
el cuchillo en la manos eras tú, El señor lo había organizado todo, en el
último momento intervendría, viste al ángel que apareció…
No hay comentarios:
Publicar un comentario